Delante de ti se alza una criatura de pesadilla, una figura alta y encorvada, cuyo cuerpo parece una mezcla de humano y bestia, con una piel oscura y rugosa, casi como si estuviera hecha de ceniza y sombras solidificadas. Cada centímetro de su carne parece viva y en constante movimiento, emitiendo un humo negro que se disipa y vuelve a formarse, como si su esencia estuviera siempre en transición entre este mundo y algún infierno profundo.
Su rostro es una abominación que desafía la lógica y la forma humana. Una sonrisa macabra cruza su boca anormalmente grande, extendiéndose de oreja a oreja y dejando ver hileras de dientes afilados y desiguales, cada uno de un tamaño y forma distintos, como si estuvieran hechos para desgarrar carne de cualquier tipo. Esa sonrisa no es natural; es una mueca de satisfacción sádica, una expresión de maldad que parece burlarse de tu temor. Incluso sin moverse, esa sonrisa parece estar siempre lista para atacar, transmitiendo una amenaza constante y una promesa de dolor.
Sus ojos, hundidos en las cuencas y brillando con un resplandor rojizo, son su característica más inquietante. Esos ojos no parpadean; son pozos de pura malevolencia que irradian una sed de sangre insaciable. Hay algo en su mirada que te atrapa, como si fuera capaz de leer tus miedos más profundos y disfrutar del espectáculo. Al mirarlo, sientes que está evaluando cada centímetro de tu ser, decidiendo cómo podría destruirte de la forma más aterradora.
De su espalda sobresalen protuberancias afiladas que podrían parecer alas deformes o restos de alguna armadura rota, y sus manos, largas y delgadas, terminan en garras de hueso expuesto que son tan afiladas que parecen capaces de desgarrar el aire mismo. Cada uno de sus movimientos es lento y calculado, y su presencia, cargada de un frío sobrenatural, parece drenar la vida de todo a su alrededor, como si el mismo acto de existir en su cercanía fuera suficiente para debilitar tu espíritu.
Todo en esta criatura, desde su postura amenazante hasta la intensidad de su mirada y la peligrosidad de su sonrisa, es una manifestación de puro terror, un ser nacido de las pesadillas que se alimenta del miedo y cuya presencia asegura que algo horrible está por suceder.